jueves, 20 de enero de 2011

Martín Rivas, la mirada inteligente




Desde hace 15 años reunimos en un reportaje a los rostros que renuevan el curso del cine español. Separados por casi cuatro décadas (el más joven tiene 9 años y el mayor 35), todos han puesto el pie en el cine y todos guardan proyectos ilusionantes en sus agendas. Esta vez, como en una fantasía de Tim Burton, formaron una orquestina y un teatrillo de marionetas. Un aire gótico recorrió el plató y se dejaron llevar por él.

Martiño Rivas López (A Coruña, 10 de enero de 1985).

PADRES: Escritor (Manuel Rivas); profesora.

LO ÚLTIMO: La serie 'El Internado'.

VISTO EN...: Las series 'Mareas vivas', 'Maridos e mulleres' y 'SMS'.

LO VEREMOS EN...: 'Los girasoles ciegos'.

EXPERIENCIA QUE LE CURTIÓ: Con 'Mareas vivas' la fama fue brutal. No es bueno empezar tan joven (tenía 12 años). Me fui un año y medio a Londres; a la vuelta ya había pasado el fenómeno.

GOLPE DE SUERTE: Ir a un casting simplemente para saber de qué iba eso y ser fichado para 'Mareas vivas'.

MAL TRAGO: La calificación de un profesor que casi termina en el tribunal escolar. Y el carné de conducir. Lo conseguí… ¡a la séptima!

CÓMPLICES: Irene (Escolar). Mis padres. Paloma de Juanes. Luis San Narciso. Yon González. Mis amigos de Coruña y Londres.

LE VA: Los huevos fritos con patatas y chorizo. El año que pasé en Londres. Mudarse: Es como un proceso de renovación. El saxo. Las películas El Hampa Dorada y Looking for Richard.

NO LE VA: El género de terror. Cocinar. La India. La música heavy.

PUNTO FUERTE: Trabajador. Conocer mis limitaciones.

PUNTO DÉBIL: La hipocondría: En una época me descubría tumores cada día. El carácter de guerrero celta: El primero en apuntarse a la batalla y el primero en sentirse derrotado.

ASIGNATURA PENDIENTE: Es muy difícil que consiga alcanzar la felicidad plena. Ir a Nueva York.

NAL: El grado de independencia de Al Pacino.

LEMA: Un frase de Federico Fellini: El Neorrealismo acabó cuando los guionistas dejaron de ir en autobús. Así que voy en metro para no perder el sentido de la realidad.