sábado, 14 de mayo de 2011

Capítulo 7: La famiglia.



Sara quiere irse de acampada con sus amigos, pero como sus padres no la dejan y decide escaparse de casa... Y Perico uno de sus amigos la convence para que se escape...


Estando ya fuera, Mariano y Lucas reciben una llamada de que Sarita ha sido secuestrada, y si no pagan un rescate, la matarán... Lo que no saben es que es todo mentira, que Sara está a salvo, sin enterarse de nada...




Aún así, Lucas y Mariano intentan atracar un banco para conseguir el dinero…Pero llaman a Paco de la comisaria por radio y…




Pero llaman a Paco de la comisaria por radio y …



Una vez que Paco se entera, intentan solucionarlo, accediendo a las exigencias del "secuestrador", que en realidad es un antiguo preso que lo único que quiere es deshacerse de don Lorenzo.


Pero la niña esta de acampada con su amigo Perico…



De mientras en la comisaria van hacer una rueda de prensa y ahí es donde mataran a Don Lorenzo pero es falso aunque…Povedilla cambia las pistolas y al final lo disparan de verdad…



Esperando lo peor, Sarita aparece en casa, donde están Lucas, Mariano y Paco, sin comprender nada…. Al final la niña está bien y no le ha pasao nada…

Capítulo 6: Todo el mundo al suelo



Como ya le han devuelto los pluses Lucas se cambia de coche….Lleva a Paco y Mariano a casa pero…


Ve a Sara, que camina hacia el colegio y…

Lucas: ¡Sarita...! ¿Te vienes al aeropuerto conmigo, que tengo que recoger a mi sobrino?

Sara: Yo sólo iría contigo al aeropuerto para coger un avión y llegar a una playa perdida. Y comernos a besos... hasta que me olvide de qué día es, y me vuelva loca de tanto quererte... [Se miran unos segundos en silencio.]… Así que a buscar a tu sobrino, te vas tú solito, que no quiero llegar tarde al cole.


Al día siguiente, a la entrada de casa, se chocan y se le caen los libros al suelo a Sara.

Lucas: Cuidado, Sara. [Ayudándola a recoger, Lucas descubre entre las cosas de ella, una foto de él.]

Sara: Quédatela, ya no la quiero.

Lucas: Quédatela, que es tuya.

Sara: ¡Que ya no la quiero! Me voy al cole, que llego tarde.

Lucas: Espera, que te llevo yo, que hace mucho que no te llevo. ¿Eh? Bueno, y hace mucho que no me lo pides.

Sara: Porque siempre llegaba tarde. ¿O de eso también te has olvidado?

Lucas: Tú y yo tenemos una conversación pendiente, Sarita.

Sara: Lo único que tenemos pendiente es que me digas si me quieres o no me quieres.

Lucas: ¿Tú quieres que me metan en la cárcel? No. ¿Tú quieres que tu padre me meta dos tiros?

Sara: Eres un cobarde.


Lucas va a hablar con la psicóloga de la policía, Ruth.

[...]
Lucas: No tengo ningún trauma, puede que tenga algún problemilla... Joder, me estoy volviendo loco, coño.

Ruth: Bueno, eso parece un problemilla, sí.

Lucas: Creo que tengo una obsesión. Me despierto todas las noches, pensando en ella. En entrar en su habitación... en raptarla... y en partirle la cara a quien se ponga por delante.

Ruth: Bueno, eso suena bastante bien.

Lucas: No. No. Porque ella tiene diecisiete años, y es la hija de mi mejor amigo.

Ruth: Entonces el problema es tu mejor amigo.

Lucas: No, el problema soy yo, que estoy como una puta cabra.

Ruth: Vamos a ver, Lucas, tú la quieres a ella, y ella te quiere a ti. Pero el problema es tu amigo, ¿no? Los tíos como tú estáis acostumbrados a tenerlo todo, y a veces hay que elegir. Bienvenido al mundo real, Lucas….Después de seguir hablando y discutiendo, acaban besándose…



Por la noche, en casa de los Miranda, están todos esperando a que lleguen Lucas y la novia de don Lorenzo. Cuando esta última llega, descubren que es Ruth, la psicóloga, con quien se ha besado Lucas.

miércoles, 11 de mayo de 2011

Capítulo 5: Aterriza con las muelas.


En el bar, Lola habla con Sara.

Lola: Oye, que hace una semana que vienes a las tantas, ¿eh? Y a saber de dónde. ¿Sabes lo que eso significa para tu padre y para mí? Pues que no pegamos ojo en toda la noche.

Sara: Ya. O sea, que la niña no puede salir sin decir a dónde va, no puede ir sola al cole, y no puede enamorarse de quien le dé la gana. Es eso, ¿no?

Lola: Tu padre y yo sólo queremos lo mejor para ti.

Sara: Pues nada, ala, elegidme también el mejor novio para mí. Tú pregunta y ya miras si me pega más uno moreno, uno alto, uno rubio, uno gordo... Eso sí, que sea de mi edad.

Lola convence a Paco para que hablen con Ruth, la psicóloga de la policía. Paco le explica la situación.


[...]

Paco: Lola, déjame a mí que yo lo explique. Vamos a ver... Imagínese una familia de patos, en su charca, felices, contentos... y, al lado, otra charca, donde viven dos amigos de Papá Pato. Uno es un cisne y el otro pues es un pelícano...

Ruth: Pero Paco, ¡qué dices! ¿Qué estás diciendo, hombre? ¿Qué cisnes ni pelícanos ni nada, hombre? ¿Le vas a contar una fábula, como Gloria Fuertes?

Paco: Lola, por favor, déjame expresarme, déjame que termine, por favor... Entonces, un buen día, la hija patita no sigue a Mamá Pata, ¿por qué? Porque sigue al cisne, ¿por qué? Porque le gusta el cisne... Claro, y ella entonces ya cree que no es de la familia de los patos González... No... Claro, y lo que no sabe es que los intereses de la patita con los intereses de los cisnes, pues no encuadran, no encuadran, no casan, no...

Lola: ¿Qué, qué, qué, Paco? Paco, Paco, que no te entiendo. Ni patitas ni patitos ni nada, hombre. Que no estamos en "Waku Waku".

Ruth: A ver, lo que me estás intentando decir es que vuestra hija tiene un problema porque le gusta un amigo tuyo, ¿no?

Lola: Sí.

Ruth: El problema es que Sara ya no es una niña, y vosotras la estáis tratando como tal.

[...]



En la comisaría, al día siguiente, por haber resuelto un gran caso, les condecoran a Paco, Mariano y Lucas... Les devuelven los pluses que habian perdido...



Entre el público está Sara, que se acerca a Lucas al final.

Sara: Que conste que sigo enfadada contigo. Pero no tanto como para no alegrarme de que hayáis salido de esta.

Lucas: ...Me alegro de que te alegres.

Los dos se sonríen y Sara le besa en la mejilla, ante las miradas de Silvia y Paco, acercándose este último a abrazar a Lucas.


En casa, Lola y Sara hablan.

Lola: Venga, cuéntamelo todo, ¿quién es ese chico con el que estás saliendo?

Sara: Que no hay ningún chico, mamá.

Lola: Ah, ¿no?

Sara: Que me lo inventé, para que dejarais de darme la brasa con lo de Lucas.

Lola: ¿De verdad que te lo has inventado?

Sara asiente con la cabeza.

domingo, 8 de mayo de 2011

Capítulo 4: Rollito de primavera



Lucas llega a casa con Paco, Mariano y Silvia, después de haber salido del hospital. Allí le esperan Lola y Sara.
¡¡Bienvenido!!

Sara se lanza a abrazarle y besarle en las mejillas, muy sonriente. Pero su madre la agarra y la empuja hacia atrás.

[...] Mariano y Paco van a ayudar a Lucas a sentarse en el sofá y Sara se acerca también para colaborar.

Sara: Os ayudo, espera.

Paco: No, cariño, no. Vete a casa con mamá. Anda, mejor.
Sara: Pero...

Lola: Sí, sí, sí. Cariño, sí, anda, que nada más que molestamos.

Sarita se queda muy seria y sale con su madre, mirando a Lucas.


Un rato más tarde, Lucas está solo en casa y llega Silvia. Le enseña fotos de cuando eran "felices", para hacerle recordar.

Silvia: Qué curioso, ¿eh? Que sólo recuerdes los momentos felices. O sea, que para tu cabecita, tú y yo somos marido y mujer. Pero bueno, está bien, porque lo que pasó después tampoco merece la pena recordarlo.



Justo aparece Sara en la puerta, contestando a Silvia.

Sara: Bueno, algunas cosas puede que sí merezcan la pena… [Lucas le mira, serio]…Venía por sí necesitabas algo. Pero ya veo que tienes enfermera.

Lucas no dice nada, mirándola. [Mientras, Silvia le sigue pasando fotos.] ¿Te vas acordando de algo?

Lucas: No. No. No, Sarita, estoy en una nebulosa. [Sara se va.]



Lola y Lucas, en casa de él. Lola se fija en una foto que hay en la mesa, de Silvia y Lucas.

Lola: ¿Y esto?

Lucas: Tu hermana, que me está redecorando la casa.

Lola: La patochada de tu amnesia no va a traer nada bueno. Ya le puedes ir diciendo a Silvia que te acuerdas de todo, pobrecita mía.

Lucas: Ya, ¿qué te crees, que a mí me gusta hacer el panoli? Si lo hago es por Paco... Y por Sara.

Lola: Por Sara. Ya. Pues la tengo todo el día en casa como un fantasma, que da pena verla. Y por mucho que finjas que no ha pasado nada, sí que ha pasado. Para empezar, te has enamorado de mi hija… [Lucas la mira, serio.]

Lucas: Sara y yo no vamos a estar juntos, nunca.

En ese momento, casualidades de la vida, Sarita sale de casa y pasa justo por delante de la puerta de casa de Lucas, quedándose ahí parada, escuchando.

Lola: Claro que no vais a estar juntos nunca. Porque si eso pasa, matas a Paco. Y si matas a Paco, te mato yo a ti. ¿Queda claro?

Lucas: Mientras que Sara crea que yo no me acuerdo de nada, Paco me perdonará, y Sara se olvidará de mí. [Sara vuelve a casa, enfadada.]




Por la noche, en la cocina de los Miranda, Paco, Lola y Lucas cenan. Aparece Sarita, muy arreglada.

Sara: ¿Qué tal?

Lola: ¡Guapísima! Paco, ¡pero qué hija tenemos!.. [Lucas no dice nada.]

Paco: Vaya por Dios, dos meses sin salir, y precisamente hoy con el tiempo que hace.

Sara: Que sólo voy a dar una vuelta. Además, me vienen a buscar en coche. Un amigo. [Mira de reojo a Lucas, que se pone más serio, pero sigue callado. Lola se da cuenta.]...¿Un amigo? ¿Qué amigo? Además, que no vas vestida para salir con un amigo.

Lola: Paco, no seas así, hombre, que la niña lleva unos días mustia.

Paco: Vale, sí, sal, y diviértete, pero con moderación, ¿eh? Ah, y otra cosa: di no a las drogas. Y si pasas por al lado de un cajero de estos de condones, pasas de largo.

Sara: Sí, si además ya tengo, de colores y de sabores y de todo.

Paco: Bromitas de esas las justas, ¿vale? [Sarita se ríe y va a dar un beso a su madre, despidiéndose. Después se acerca a Lucas.]… Y otra cosa, a las doce aquí. Como Caperucita.

Sara: Venga, tito, ayúdame a convencerle para que me deje un poquito más.
Sara le habla al oído, mientras el resto permanece incómodo, salvo Sara, que se hace la inocente.

Paco: Venga, deja a tu tío en paz... venga, Sara, a la una y no se hable más. Venga. [Sara da varios besos a Lucas, ante la mirada de sus padres.]… Sara, a la una y media, ¿vale?

Sara: Vale. Bueno... ¡adiós! [Se acerca ahora de una carrerita a su padre, le besa y se marcha.]

Paco: Está mejor la niña, ¿no?

Lucas: Sí, sí, parece que está mejor. [Lucas permanece serio.]



De madrugada, Sara llega a casa, pasando de la hora que la dijeron. Después de la riña con su padre, se queda a solas con Lola.

Lola: Tu padre sólo se preocupa por ti.

Sara: Mi padre se preocupa de amargarme la vida. Y tú peor, montando numeritos de amnesia con Lucas. ¿Pensáis que soy idiota? Ha sido idea de papá, ¿verdad?
Lola: Tu padre no sabe nada.

Sara: ¿...Entonces es cosa de Lucas?... [Lola asiente con la cabeza y Sara se va a su habitación.]

Al día siguiente, en casa de Lucas, Paco hablando con él, se da cuenta de que es mentira lo de la amnesia. Lucas le dice que lo ha hecho por él, para que le perdone. Paco, a cambio, le dice que va a vigilarle y que haga que Sara siga pensando que no recuerda nada. Él acepta.



Por la noche, Lucas está en la entrada de casa, agarrado a la barandilla, para volver a recobrar la movilidad, haciendo ejercicios. Llega Sara, muy arreglada también hoy.

Lucas: ¿No estabas castigada?

Sara: Ya ves.

Lucas: Te lo habrás pasado bien con tu amigo, al menos, ¿no?

Sara: Sí, me gusta mucho. Pero... tiene un poco de prisa conmigo. Dice que sus padres no van a estar en casa este fin de semana. No sé qué hacer... [Lucas la mira en silencio, serio.]

Sara: Tú no te acuerdas pero... antes nos contábamos todos nuestros secretos. Me dabas muchos consejos. ¿No me dices nada? [Lucas resopla, callado.]… No sabes qué decir. Pues tendré que decidirlo yo solita... Pasa por su lado y se dirige hasta su puerta, para entrar ya en casa.

Lucas: ¡Sara! Yo... yo esperaría a que apareciese la persona adecuada... Y si esa persona ya ha aparecido... esperaría a que las cosas fueran un poco más fáciles… [Sara se queda en silencio unos segundos, y acaba hablando, bajito.]
Sara: Ya, pero una no puede estar toda la vida esperando, Lucas...[Y se mete en casa.]

viernes, 6 de mayo de 2011

Capítulo 3: Tigre y dramón


En el bar, Lola y Bernarda hablan, mientras Sara, un poco más allá, escucha.

Lola: Berni, no te engañes. Si tú le quieres y él te quiere, todo lo demás da igual. [Sara se les queda mirando y acaba acercándose.]

Sara: Así que si de verdad quieres a alguien, lo demás no importa. Pero eso sólo vale para tus amigas.


En el hospital, Sara está sentada junto a Lucas, mientras éste permanece sedado. Llega Silvia.

Silvia: Hola. Vete al cole, Sara, ya me quedo yo.

Sara: No. Me quedo.



Un rato más tarde, aún en el hospital, Sara sigue junto a él cuando Lucas abre los ojos y la ve.

Lucas: ¿Estoy vivo o estoy muerto? ¿Estoy muerto y estoy en el cielo?

Sara: ¡No! ¡Estás vivo, Lucas! [Y llega Mariano y le dice ves a buscar a un médico.]



Mariano y Lucas en la habitación del hospital.

Mariano: ¿Qué se ve? ¿Qué has visto? ¿Has visto la luz, el túnel? ¿Has visto pasar tu vida en diapositivas? ¿Qué has visto?

Lucas: ¿Sabes lo que he visto, Mariano?

Mariano: ¿El qué?

Lucas: He visto a Sara. Todo el rato, Mariano. La he visto en diapositivas, la he visto a contraluz, la he visto de lado, la he visto de frente... todo el rato, Mariano.

Al final, Mariano le propone a Lucas fingir que tiene amnesia, que no recuerde nada de los últimos meses, para que así Paco también se olvide de lo suyo con Sara y le perdone. Lucas está de acuerdo y comienza a fingir.



Silvia visita a Lucas, pero llega Sara.

Lucas: Hola… [Lucas le sonríe a Sarita.] Mi sobrina preferida… [Silvia sigue hablando.]

Silvia: ...Pues tú no te agobies, ¿eh? Ya has oído a la doctora. En cualquier momento recuperas la memoria.

Sara: Claro, sobre todo de las cosas importantes... [Sara le aprieta la mano, mientras Silvia no pierde detalle.]

Silvia: Claro, claro. Supongo...

Sara: ¿Y qué es lo último que recuerdas?

Lucas: Recuerdo que vamos de la mano por la calle.

Sara: Conmigo. [Sara le sonríe, pero Lucas le mira serio.]

Lucas: No, con Silvia… [Las dos se miran, y Sara acaba soltándole la mano.]

Sara, Paco y Lola llegan a casa.

Paco: Sara, no seas cabezota.

Sara: Puede que Lucas se haya olvidado de muchas cosas, pero de otras se tiene que acordar. Yo le haré recordar.

Paco: A ver, el médico nos ha dicho que no le agobiemos, ¿vale? La naturaleza es muy sabia, y hay cosas que a lo mejor ha borrado de su mente, porque es mejor así.
Sara: Claro... y tú encantado, ¿no, papá? Hacemos borrón y cuenta nueva, y ya se le pasará a la niña… [Lola les mira, sin entender.]

Lola: Oye, un momento, ¿pero qué está pasando con Lucas? ¿Os pensáis que soy idiota o qué pasa?

Paco: Pues pasa que esta mocosa se besa con su tío en los callejones oscuros, eso es lo que pasa… [Paco se va, enfadado.]

Sara: Hace que parezca algo sucio y no lo es.

Lola: Mira, Sara, ni sucio ni limpio ni nada. Ni es ni será nunca, porque no puede ser. ¡Métetelo en la cabeza!

Sara: Ya, mamá. Y eso de que cuando de verdad quieres a alguien, todo lo demás no importa, ¿qué, para mí no cuenta, no?

Lola: Vamos a ver, Sara. ¿Tú has visto al padre o a la madre de Lucas ahí, al pie de la cama? Dime, ¿has visto algún hermano?... [Sara niega con la cabeza.]… ¿Sabes por qué? Porque nosotros somos su única familia. Es lo único que tiene en el mundo. Y si sigues empeñándote en lo que no puede ser, vas a conseguir que lo pierda todo. ¿Es eso lo que quieres?

Sara: A mí no me va a perder.

Lola: Si tanto le quieres, olvídate de él.

Sara: ¡Sois vosotros los que no le queréis tanto como decís! ¡No queréis que sea feliz, y yo sí! Y vale que se haya olvidado de hasta su nombre, pero antes o después se acordará de mí… [Y se marcha a su habitación.]



Al día siguiente, Sara va a verle al hospital.

Sara: ¿Cómo estás?... [Le coge la mano.]

Lucas: Un poco aturdido

Sara: ... Así que... ¿no te acuerdas de nada de los últimos meses?

Lucas: No... De nada...

Sara: Ya. Y de esto... ¿tampoco te acuerdas? [Se inclina y le besa en los labios.]

Lucas: ¿Qué haces, Sara?

Sara: ¿Te acuerdas?

Lucas: No me acuerdo, ¿qué pasa? [La mira de reojo, no muy convencido de lo que dice, pero Sara se lo cree y se va.]

Mientras tanto, Silvia no pierde el tiempo y se aprovecha de la situación, diciéndole a Lucas que aún siguen juntos... Pobrecita, si ella supiera...Pero... Y Lola se da cuenta de que Lucas está fingiendo, haciéndoselo saber. Lucas le jura que se va a olvidar de Sara, que lo hace para que Paco le perdone, y ella promete no contárselo a nadie.

Capitulo 2: Con escarcha en el pelo.


Sara y Paco por la mañana, en casa.

Paco: Buenos días… [Sara no dice nada, mientras se echa azúcar al café.] … No te eches tanta azúcar, que la caries te va a comer la sonrisa tan bonita que tienes, guapa.

Sara: ¿Qué, también quieres controlar lo que bebo y lo que como? ¿Qué va a ser lo próximo, concertar mi matrimonio?

Paco: Sara, de lo de Lucas ya hemos hablado.

Sara: No, ¡tú has hablado, papá! ¿Por qué tenías que meterte? Una cosa es que seas mi padre, y otra que decidas a quién quiero, a quién beso o con quién me meto en la cama.

Paco: ¿Pero cómo que con quién te metes en la cama, Sara, por Dios?

Sara: Podrás chantajear a Lucas, pero a mí no, papá, a mí no... [En ese momento llega Lola.]

Lola: ¡Buenos días! ¡Aquí traigo un desayunito para endulzar la mañana! ¡Ahí, vida mía, pero qué contesta estoy de, que no te hayas ido a las Irlandas!

Sara: Ya... Papá también. Así puede seguir fastidiándome... [Se levanta y se va.]

Lola: ¿Pero qué pasa, Paco? ¿Por qué la tienes que fastidiar tú? ¿No tendrás tú que ver con lo que no se haya ido fuera, no?

Paco: No, que no es eso. Son cosas de adolescentes. Qué beca ni beca... que no.

Lola: ¡Qué adolescente ni qué adolescente, Paco, por Dios! Si lleváis varios días como el perro y el gato. ¿Me quieres decir qué está pasando?

Paco: Nada, cariño, que no pasa nada. Y no remuevas, no remuevas, que te pones a remover y te ciegas, mi vida. No pasa nada… [Llega Mariano.]

Mariano: Buenos días... que Lucas y yo nos vamos a la comisaría, ¿te vienes?

Paco: Yo con ese no voy a ningún sitio. Eh... me voy mejor paseando, que me hace falta que me dé el aire.

Lola: Paco, ¿qué pasa?

Paco: Nada, Lola, nada… [Y se va también.]

En comisaría, Sara llega a ver a Lucas.



Lucas: ¿Qué haces aquí?

Sara: Tenía que hablar contigo.

Lucas: Estás loca… [La coge y la lleva al baño, para que no les vea Paco.]



Lucas: Sara, tu padre me llama subinspector Fernández, como si no me conociera de nada, ¿sabes? Esto para mí es grave. Lo mejor va a ser que... dejemos de hablar, durante un tiempo, ¿vale?

Sara: Mi padre no se entera de nada, Lucas. Ya se le pasará cuando vea que yo te quiero, y que tú me quieres. Porque tú me quieres, si se lo explicas, tendrá que entenderlo.

Lucas: Yo no le voy a explicar nada a tu padre, porque tu padre tiene razón. Ahora te vas a ir, ¿vale? Esto se nos ha ido de las manos, esto no es un juego.

Sara: Bueno Lucas, pues si no quieres explicarle nada nos podemos ver a escondidas, ¿no? Nos podemos ver en secreto, y así nadie sospechará nada y nos dejarán en paz...
Lucas: No. No. No.

Sara: Me besaste, Lucas. No pudiste evitarlo. Porque me quieres. Dime que me quieres y me iré… [Se queda en silencio unos segundos, y cuando ya va a darse por vencido, ve que se acerca Paco.]

Lucas: Joder, Sara, ¡tu padre!... [Lucas sale del baño, cerrando la puerta y dejando a Sarita dentro.]



Lucas: Paco, he pedido las imágenes de los cajeros automáticos, para ver qué ha podido pasar con los mendigos. ¿Vamos?... ¿Paco?...

Paco: Inspector Miranda, si te parece bien.

Lucas: Paco... ya está bien, ¿no? Yo creo que ya has tenido suficiente.

Paco: ¿Y tú? ¿Has tenido suficiente? ¿O sigues buscando callejones oscuros para darte el lote con mi hija, eh?... [Paco pasa de largo, para entrar al baño, pero Lucas no le deja.]

Lucas: Paco.

Paco: ¿Qué?

Lucas: Lo siento, lo siento. Se me fue la olla, por un segundo o por dos, pero...

Paco: ¿Por un segundo? Ni medio, Lucas. Me diste tu palabra de que nunca ibas a tener nada con Sara. Me la diste, y te vi besándola… A mi Sara. Y no me quiero ni imaginar lo que no he visto. ¿Tu palabra? Tu palabra me vale una mierda, ¿te enteras? Así que aléjate de mi familia, ¿eh, Lucas Fernández?... Porque si no... Si te vuelvo a ver con Sara... te doy mi palabra que te mato, ¿te enteras? Y yo tengo palabra. Así que quítate de la puerta que voy a entrar.




Pero Lucas no le deja pasar. Casualmente, aparece Povedilla, llamándole para informarle de una cosa sobre un caso. Mientras, Lucas abre la puerta y sale Sara, sin que la vean.

Kira y Sara, en la habitación de ésta.


Kira: Oye, Sara, ¿te pasa algo?

Sara: No... Bueno, sí. Mi padre nos pilló besándonos a Lucas y a mí… [Kira corre a sentarse a su lado.]

Kira: ¿¡Qué!? Pero... ¿qué has besado a Lucas y no me lo has dicho?

Sara: Sssh, tía, calla. Sólo falta que se entere mi madre. Menuda he liado, Kira. Ahora además mi padre dice que va a matar a Lucas.

Kira: ¿Pero qué dices? ¿Por qué?

Sara: Porque para él soy su niñita. Porque fui la sobrina de Lucas. Porque Lucas es un impresentable, que se enrolla con mi tía justo antes de la boda... Porque no es un soltero de oro, precisamente.

Kira: Bueno, ¿y qué?

Sara: ¿Y qué? Si para mí son chorradas, tía. Pero para mi padre, le ha hecho escoger a Lucas entre él o yo. Y no me ha escogido a mí.

Kira: Joder, tía... esto parece un drama turco. ¿Y tú qué vas a hacer?

Sara: Nada. Si él... si no me envía una señal, pues... no voy a hacer nada. Y si él no hace nada, pues... mala suerte.

Kira: ¿Y qué tipo de señal quieres que te envíe?

Sara: Pues que me diga que me quiere.

Kira: ¿Una señal, no? Eso más que una señal, es una pancarta… [Entra Lola para hablar con Kira, terminando con la conversación.]

Paco, Povedilla y Lucas, al intentar arrestar a unos asesinos de mendigos, quedan atrapados en un camión frigorífico.



[...]
Lucas: Paco, ¿sabes porqué estaba besando a Sara, eh? Porque la quiero.

Paco: Y a mí qué coño me cuentas, dime, si quieres a mi niña, te contienes, porque es mi niña, porque tiene dieciséis años, ¡así que te contienes, cabrón, te contienes! ... ¿Estás enamorado de mi niña, eh?... [Lucas se deja caer al suelo, y mira a Paco, asintiendo con la cabeza.]

Paco: Pues si la quieres, llámala ahora mismo, y dile que no sientes nada por ella. Y si la quieres, no le jodas la vida, coño, como se la jodiste a Silvia y a otras. Hazle daño ahora, pero no cuando sea demasiado tarde.

…Lucas coge el teléfono y llama a Sara…



Sara: ¿Lucas?

Lucas: Sara, tengo que decirte una cosa. No siento nada por ti. Y no lo he sentido nunca.

Sara: ¿Cómo? No te creo, Lucas... ¿Y el beso?

Lucas: ¿El beso? ¿Sabes lo que me hizo sentir el beso? Me hizo sentir despreciable. Me dio asco de mí mismo.

Sara: No es verdad, Lucas, sé que me quieres.

Lucas: No vuelvas a acercarte a mí, Sara… [Sara se queda uno segundos callada, llorando, hasta que reacciona.]


Sara: ¡Estás con mi padre! ¡Me estás diciendo esto porque estás con mi padre!... [Lucas no dice nada.]… Lucas, si me quieres, dime que no me quieres.

Lucas: No te quiero.

Sara: Lucas, si me quieres, dime que nunca estaremos juntos.

Lucas: Nunca estaremos juntos.

Sara: Si me quieres, dime que soy una cría.
Lucas: Eres una cría.

Sara: Te quiero. ¡Te quiero, te quiero, te quiero, Lucas, te quiero!
Lucas: Adiós.

Sara: ¡Adiós!



Más tarde, los tres consiguen salir del camión frigorífico, pero dos de los hombres implicados, acaban descubriéndoles.


Uno de ellos va a disparar a Paco, pero en el último segundo, Lucas se cruza, y recibe el balazo que era para Paco.



Sara está celebrándolo algo y recibe una llamada… y se queda preocupada…